jueves, 6 de septiembre de 2018

783. Entrada setecientos ochenta y tres.

783.  Jueves 06 de septiembre de 2018.
Hemos regresado.
Un saludo a los buenos amigos de siempre. 
Resulta que a veces me ganan las dudas de qué hacer con el poco tiempo que tengo los martes en la tarde. El negocio de mis padres cierra, se supone que a mediodía, es la palabra que usamos cuando alguien pregunta, y no se abre hasta el miércoles. Cerrar por la tarde, una vez a la semana, es una costumbre que he visto se ha dado en otros lugares. En Ciudad Valles es los martes. En Ríoverde es los jueves. Algunos negocios en Veracruz, cierran los domingos a la una de la tarde y no encuentras nada abierto hasta el lunes tempranos. Paulo Coelho, en su libro El Peregrino, habla también de la incomodidad de no encontrar nada abierto las mismas tardes de domingo.En Monterrey algunos restaurantes cierran los lunes.
En fin.
Resulta que este martes tuve que dedicarme a hacer la contabilidad del negocio de mis padres. Estamos en un régimen fiscal llamado de incorporación, donde gradualmente, un changarrito pequeño, como es nuestro caso, se convierte al Régimen General de Ley, que es el que rige en las grandes empresas. Lo anterior, por causa de la Reforma Fiscal de 2014, que eliminó cualquier posibilidad a los estados de nuestra Federación de regular los changarros, que antes estaban bajo un régimen llamado simplificado, que la reformada Ley del Impuesto Sobre la Renta permitía, si me permite la reiteración. 
Antes se pagaba una cuota fija bimestral al gobierno del estado en turno, que era fija para cualquier establecimiento que no rebasara ciertos ingresos por año. Había que ir a pagar, y asunto arreglado. Muy parecido a lo que nos platicó una vez un agente de Ventas que conoce Europa: me dijo, a propósito de la Reforma Fiscal de este sexenio, que el gobierno estaba en un error. Allá en España, o Francia o Italia, afirmaba con toda seguridad el viajante, un pequeño negocio presenta una tira de auditoría de sus ingresos por ventas, y si no rebasa cierta cantidad paga semestralmente una cuota fija a a la Tesorería Nacional, esto es, un país como México, la Federación en su caso.
Continúa su explicación el proveedor, que en esos países europeos, en caso de que las ventas rebasaran cierta cantidad, se paga un escalón extra. Ni más ni menos. Es que un pequeño negocio jamás va a tener la capacidad administrativa de El Corte Inglés, Sears o Liverpool. Pero eso hay que explicárselo a un político que en su puta vida ha despachado detrás de un mostrador. 

Ahora la cuestión ya no es tan "simplificada", si me permite. Hay que llevar una contabilidad. Luego hay que pedir facturas, porque de otra manera los gastos no se pueden contar como tales. Después, y de manera bimestral, presentar una declaración online, luego generar una línea de captura y pagar en el banco. Lo cual implica hacer un corte del bimestre y una factura global bimestral por las ventas. También tener un equipo de cómputo con acceso a Internet. ¿Qué hago entonces? Llevar la información a pie, usted disculpe, a un Despacho de Contadores, que está como a cuatro kilométros de mi casa, para que ellos hagan los trámites restantes online. Esperar la línea de captura antes del último día del mes siguiente al final del bimestre, y caminar otros putos cuatro kilómetros a mi casa, usted disculpe.
El desenlace esperado es que muchos pequeños negocios terminarán cerrando sus puertas, ante tanta complejidad.
Explíquele eso usted a un funcionario que nunca en su vida ha estado detrás de un mostrador. Yo por mientras, ya junté las facturas, ya hice la contabilidad y perdone usted que no sé entrar al sistema ni para hacer la factura global del semestre, ni mucho menos llenar la declaración. Necesito capacitación urgente, fuera de rollos y discursos, como he visto que siempre lo hacen aquellos que hablan de impuestos y reformas fiscales. 
Por cierto y para que se eduque ¿de dónde viene la palabra Fisco? Resulta que es un vocablo de origen Romano. En Latín vulgar, fiscus significa canasta o cesto. Me imagino que el cobrador de Impuestos, que en la Biblia se habla de uno de nombre Zaqueo, se la pasaba chingando la madre a los dueños de los negocios, con su canastita, recaudando el dinero para el Emperador.  Por los siglos de los siglos, y para el engrandecimiento del Imperio, perdón, La República.
Gracias.

1 comentario:

  1. buena entrada mi estimado Juan Eduardo, la bondad de estas normas fiscales, al menos, es que te dan oportunidad de ejercitarte... jajajaja... un abrazo mi estimado primo. Por cierto fijate que por aca en los Iunaites anda una teoria fiscal del 5% tasa fija tributaria, todos (individuos, corporaciones, etc) pagando el 5% de tu ingreso y cualquier otra transaccion de productos, servicios, financieros, etc. esto es, TODOS deben pagar, sin importar situacion economica. esto es para elliminar la carga burocratica que existe por la adminstracion de leyes fiscales complejas. En fin, mientras tanto debemos entender que solo hay dos cosas seguras en esta vida: "death and taxes". un abrazo y estamos en contacto. -JB

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