viernes, 6 de octubre de 2017

622. Accesos. Viernes, 06 de 10 de 2017.


Tantas cosas para platicar. Primero, el reclamo de la chusma: ¿y usted si es arquitecto por qué no tiene dinero? ¿y no que los que son egresados del Tec de Monterrey siempre salen con trabajo? ¿para que quiere que pase por usted para hacer la medición, que no trae su camioneta? 
De repente dan ganas de mandar todo a la vil chingada.
Ya me dirán, que la búsqueda es una cuestión personal. Lo cierto es que el resentimiento que comparte la mayoría de la gente de una ciudad corrompida y empobrecida, me está contagiando a mí. También me siento desconcertado, desanimado, negativo, con un enorme rencor que no sé cómo eliminar o canalizar hacia un ámbito más constructivo. Recuerdo los días de escuela, en que había otras decepciones: la falta de una computadora, la desesperanza al salir de la clase sin empleo, el odio hacia los demás compañeros porque ya no eras un amigo, sino un enemigo en potencia que se iba a pelear contigo por el mismo pedazo de pan, frase de un soez inmejorable, dicha por una arquitecta egresada de Harvard, toda una buscachambas de gobierno muchos años después, y con esas geniales frases saliendo de su boca, soltera. Y con la misma carta de presentación desde hace veinte años: "Mi nombre es Alicia González, soy arquitectaaa, y tengo una Maestría en Harvard, la situación está muy difícil muchachos, no hay empleo ni dinero y todos nos vamos a estar peleando todo el tiempo por el mismo pedazo de pan"...Optimismo non plus ultra.
Quise llamar a Daniel Sepúlveda González, compañero de Análisis Urbano y Diseño Avanzado, que hoy me dice llama cuando quieras de todos modos no voy a contestar el teléfono. Me acuerdo del desleal y detestable Fernando Braña, de Ciudad Victoria, con modales de muerto hambre funcional, pues no esperes de él ni un vaso de agua. Así por el estilo. El director de carrera, un sujeto de nombre Juan Carlos López Amador, con complejo de hijo de Andrés García, que no recibe a nadie, a pesar de que su trabajo (¿para eso le pagan? ah!, es arquitecto entonces no le pagan ni madres) es precisamente recibir a la gente, ser un orientador, un consejero de alumnos y yo espero que de egresados, pero no, la puerta siempre va a estar cerrada.
Pues ya no aguanto, será a vender dulces afuera de la central de camiones urbanos, y nomás que no me vayan a pedir una cuota, porque, ya ve que soy arquitecto, ni dinero tengo.

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