viernes, 1 de abril de 2016

Así fue.

Casi no lo hago, no debo.
Pero es que gana la desesperación y sí, tengo que hablar de él.
El miércoles mi padre me sugirió algunas tareas, luego de cuestionar mi cada día más difuso sueño académico (¿se podrá? ¿lo lograré?). Mandar papelería en sobres, cover letters, pues, a dependencias y empresas, pero ya. Es que a él ya lo vencieron, lo sé, la incertidumbre, el cansancio y la falta de horizontes en esta Ciudad. Yo me quedé callado y recordé. En Monterrey lo hice cientos de veces, y de ésas nadie me contestó jamás. ¿Qué cambiará hoy? Por algún momento, después, quise hacer, y tuve, un modo muy decente de vivir y ganar dinero con el dibujo arquitectónico.
De un día para otro todo acabó, gracias a las mafias que poblaron, de un día para otro también, el municipio, el gobierno del estado, llámese obras públicas, catastro, pensiones, ¿las notarías públicas? y es que ¿de dónde más sale el requisito de un plano o un croquis requisitado y oficializado?
Y así llevo ya cuatro años con ingresos que bajaron de una cantidad que no fue nunca una fortuna, al día de hoy, cero pesos con sus centavos.

Sí confieso que me molesté con mi padre, y que mi silencio, mis dudas, y el no saber qué hacer, que persiste hoy, me están acabando. Pero hay tantas cosas qué hacer, en el changarro y en las actividades de mi difuso sueño académico y pues no sé. Yo esperé, pero mi padre me hizo ver que eso ya no sirve en mi caso.

Mi molestia y mi persistente miedo tiene que ver con el más grande de mis errores, porque ha generado otros, que me diagnostiqué cuando leí "El Peregrino" de Coelho. Al igual que el protagonista, yo también me he dejado deslumbrar por el prodigio y esa ha sido la perdición de mi vida.
No quiero perder la esperanza, y trato de decirme una y otra vez, ánimo, que la solución no está afuera, en las calles, la apacible noche de la ciudad, los paseos en taxi, las conversaciones forzadas con gente que creía y que resulta que nunca conocí bien, en las miradas al extraño, no, la solución debe estar en mi interior y debe ser la consigna que hoy debo tener siempre presente.

Por lo pronto, mañana cumplo 39 años, sin nada, absolutamente nada qué celebrar y muchas cosas qué pensar y reflexionar, pero es que el tiempo no alcanza, hay cosas que hacer en el negocio, pagos, visitas de proveedores, pedidos, faltantes, ventas que no alcanzan y aguantar el prodigio de los vehículos nuevos que pasan al frente, las experiencias del chico TEC, de  las licenciadas Jill y Ludwika, y yo preguntándome una y otra vez ¿qué me falta a mí?

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

1 010. ¿Qué será?

 1 010. Nada. Así de sencillo. Ten paciencia, que algún día saldrá algo bueno para ti. Así me dijo Héctor Flores Azuara en un mensaje de tex...