martes, 15 de marzo de 2016

No tan temprano en la mañana y ahora.


Volviendo a ver partes de la película "un vuelco del corazón", su título en inglés "Bounce", del lejano año 2000, Sí. De antes de la tragedia de las Torres Gemelas, cuando el internet no era tan indispensable, y las Imac de escritorio eran un sueño que en serio, muy poquita gente en este país, que antes era más pobre y es lo que no entiendo, podía tener. Protagonistas, Gwyneth Paltrow, en la plenitud de su belleza, éterea, y Ben Affleck, igual sin no fuera porque antes no se usaba tanto gel en el pelo. Lo que me cae bien de él es su afición por la Diet Coke (que en México se llama Coca cola light y no sé por qué). Varias latas color acero pulido, en frente del personaje, all a gentleman.

Complejo hacer muchos pagos a proveedores contra reloj. Algunas ventas sin mucha novedad, y es que esperaba, si no vender más, si vender otras cosas. El calor va y viene, al son de las nubes. Primero Bancomer, luego Scotiabank, termino con Banorte a lo largo de la Avenida Hidalgo de esta Ciudad Valles. Luego, y por fin, el módulo de la zona centro de la dirección de Agua Potable y a pagar otra vez.
Pendientes para la tarde, pero hoy es martes, y en este lugar el comercio cierra medio día.

Vuelvo a la pantalla del televisor y pienso en el pasado, tal vez más simple, también con más ingenuidad, la de dividir en buenos y malos un país que sucumbió a los engaños del mediocre señor Fox. Era el año 2000. Todavía se escuchaban las canciones de Los Cranberries en la radio, Horacio Villalobos era guía espiritual, Los Expedientes X eran un bálsamo para los sábados en la tarde, un antídoto contra marchas por la paz con o sin justicia y dignidad, un producto sustituto de los encuentros convocados contra lo que fuera, al fin hoy no hay nada bueno esos días y a esas horas en la TV.
Pienso en otro vaso de agua fría, en la geografía de la realidad que cada vez es más cruda, más violenta, donde la convivencia se rompió para siempre, sea o no un performance teatral, armado por la siempre nefasta Secretaría de Gobernación, el asunto del Ferrari Rojo contra la Renault Blanca, es que ¿quién se la cree? Sea para decirnos que   la amabilidad y las maneras suaves de Affleck y Paltrow, igual que las bonitas camisas, económicas, de The Gap, nos han abandonado.
Gracias.

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