martes, 26 de enero de 2016

La ciudad y la vergüenza.

Se sufre esta ciudad y se sufre este gobierno municipal inepto, poquito, insuficiente. Si hace diez años tuvo una capacidad, hoy está superada. La respuesta de siempre ante el chiquero y la mierda que es esta ciudad y la administración municipal: "no hay dinero". Y así seguimos.

El lunar.

Una vuelta a la esquina y está el tejabán, tal vez escondido por unos árboles resecos, de troncos arrugados y torcidos. La entrada es una puerta pintada en gris pálido, algunas mesas y el olor a comida casera, arroz, tortillas de maíz, frijoles bayos. Se mira hacia atrás, el ruido llama. Pasos a desnivel, vehículos lujosos detrás de algunos camiones de transporte urbano, terrenos baldíos, entre anuncios espectaculares vendiendo desde un viaje a Texas hasta la nueva franquicia, y a lo lejos algunos edificios en cristal, mala decisión el territorio de calor extremo en que están, pero que obligan, porque así se hace en Estados Unidos y ni modo. Algún lugar de Monterrey o San Pedro, es lo mismo. De nuevo a la realidad inmediata en la fonda Doña Chu, vacía. El televisor apagado, costo del apagón analógico, pero sigue ahí, encima del refrigerador.
Gracias.

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