miércoles, 11 de febrero de 2015

Resulta que sí.


Hace algunos años, sobre la Avenida Juárez de la zona centro, estaba el Cine Río de Ciudad Valles. El edificio ha dado lugar a locales comerciales, pero permanece en su forma original, con las celosías, los muros de ladrillo en color ocre, las escalinatas, y la monumentalidad que nos lleva a los recuerdos.
Una vez leí en la marquesina encima de la entrada un título por demás extraño. "Cuentos prohibidos de colegialas". El desconcierto me ha perseguido una y otra vez a lo largo de unos treinta años. ¿Por qué estaban prohibidos si todo mundo podía verlos en un cine? ¿O lo estuvieron durante algún régimen dictatorial europeo, el franquismo acaso? 
¿O tendrán algún trasfondo tenebroso? 
Tal vez se trata de historias donde una chica que viste falda escocesa y chaleco rojo carmesí, acecha con un cuchillo cebollero a los vecinos de un pequeño pueblo cercano al colegio, cuando cae la noche.
Habrá algún episodio donde un grupo de alumnas en falda azul marino y playeras del mismo color de cuello polo, armadas con afilados colmillos, se enfrentan a un cazador setentero estilo Van Helsing. Yo quisiera que fueran El Santo y Blu Demon.
Igual viene a mi mente la película Veneno para las Hadas, del director Carlos Enrique Taboada.
Pues no. Resulta que es un filme alemán de tema para adultos. Un funcionario tiene que notificar a una chica que está recluida en un convento, que ha recibido una jugosa herencia. Pero las demás chicas que allí vivien tienen otros planes para el notificador, y en él recaerá la responsabilidad de encontrar a la heredera.
El género tendría su par en México en las películas de Alfonso Zayas, Rafael Inclán, Pedro Weber, y otros tantos maestros de la sátira y la parranda. 
La película es, entonces, una comedia subida de tono y nada más. 
Fin del misterio. En la vida hay ciertos "secretos prohibidos" que no deben ser revelados, pues francamente decepcionan.

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