Un saludo.
La situación de la epidemia empeora. Me sorprende que gobiernos y medios de comunicación afirmen que viene lo peor, muchos más contagios y fallecimientos. Quiero pensar que es una herramienta de disuasión para que la gente colabore y se aísle, ya que es lo único que ha probado ser efectivo ante la enfermedad. Italia (la parte norte), España y Estados Unidos son los países más afectados, y parece que China, donde empezó el problema, está saliendo de éste poco a poco. Al día siguiente de que Wuhan, epicentro mundial, levantó la cuarentena, mucha gente abandonó la ciudad, y no espero que muchos la visiten por turismo o negocios, tampoco.
Pues aquí seguimos. En Ciudad Valles la vida transcurre en una no tan tensa calma. Ya se habían cerrado las escuelas en todos los niveles desde antes que el problema se sintiera como algo delicado, hasta hoy. El ayuntamiento luego cerró de plano parajes turísticos y los hoteles resintieron la cancelación de muchas reservaciones. A nivel nacional, el primer gran paso lo dio la liga de futbol, al celebrar juegos sin público, y luego, cancelar el torneo. El gobierno actuó poco después, también cuando el asunto era manejable todavía. Del 30 de marzo al 30 de abril declaró una "emergencia sanitaria".
A pesar de no ser una medida obligatoria, la gran mayoría de restaurantes, fonditas y bares han cerrado sus puertas. Muchos negocios también. Es que la disposición del gobierno federal de "suspender las actividades no esenciales" no equivale a un estado de excepción ni toque de queda, y dado el hecho de que los estados son libres y soberanos, hay que esperar a que sean precisamente las autoridades estatales las que terminen obligando al ciudadano común, precisamente, a cerrar su changarro y quedarse en casa. ¿Y los vendedores informales, cómo le van a hacer, sin seguridad social, bancarización, o capital?
De todo esto, lo que me sorprende, es la rapidez con la que avanzan los números de contagios y decesos. Tengo que esperar lo que venga, con mucha higiene y cuidado personal. Sin embargo, me aterra, que, al igual que con la guerra contra el narcotráfico, mal llamada de Calderón, esto tenga sus secuelas. Una sociedad todavía más temerosa, y luego egoísta, encerrada en sí misma, y desconfiada. Golpes muy duros, muy difíciles de superar para una sociedad como la mexicana, tan lastimada por gobiernos que no están a la altura de un país tan bello y tan grande.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario