Hace como tres horas fui a la miscelánea de Sofi. Saqué dos sopas Maruchan y mi cocota. Sí tengo más cosas que pedirle a la vida, como tacos de tortilla de harina con huevo y jamón como los que probé alguna vez de madrugada, cuando viví en Estados Unidos, en un episodio de paseos nocturnos sin malicia ni alcohol ni dinero, no solo, sino con amigos de UT-Austin.
Sofi no vende tacos, si acaso su mamá ofrece tamales el último viernes de cada mes.
Sofi no vende tacos, si acaso su mamá ofrece tamales el último viernes de cada mes.
Por mientras aguanto. Viene mucho trabajo y muchos mandados que cumplir en los siguientes días. Espero que todo salga bien.
Si me da hambre, tendré que hacerme un sandwich de atún. Mis destrezas culinarias no dan para más.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario