Hay pendientes que cumplir. Pienso un plano de cimentación e isométricos que no pude terminar el domingo. En mis lecturas pendientes unas y muy pocas inacabadas, porque no me dispongo siquiera a empezar, en el libro de Francisco Clavero. Siento alivio porque empiezo a sentir inquietudes: el cine no de Tarkosvky, sino de Stanislaw Lem. Estudiar teoría de negocios aquí o allá, auténtica pasión y no sé explicarla. Emprender un nuevo sueño académico, ahora en la forma de una licenciatura en filosofía en una excelente universidad auspiciada por el Opus Dei, y el solo nombre de esta institución me inspira un reto que implica compromiso, esfuerzo, seriedad.
Hoy me siento un poco menos desanimado, pues de repente van y vienen preguntas, y la necesidad de emprender caminos, al menos de ver algo más allá de la ventana que tengo enfrente, cubierta siempre por persianas.
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