miércoles, 19 de octubre de 2016

Y entonces, pum...

La angustia.
No cesa el calor. Me siento terrible pues llegó bonetería de invierno (camisas cuello alto, manga larga) que creo no se va a vender. Y hay que pagar al proveedor. Y devolverla sale más caro.

La profecía.
Una vez me dijeron que los Chidibunes trabajaban en el Centro de Calidad del TEC (pero que conste...). Hoy, en medio de la zozobra colectiva, siento escalofríos al tener que tomar en mis manos la misión especial de su anulación. Confío en Barrigas, conocedor de territorios inexplorados del CEDES, torre de cristal de los secretos. Aparte ya le han de dar llave.
Ya se me complicó todo. No sé, y no sé qué hacer, qué viene para mí. Necesito que mi vida cambie, igual que lo sintió Fritz Brown. No lo he sentido todavía, no llega alguna señal.

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