sábado, 13 de agosto de 2016

Mi país y The Guardian.

Es México. País donde últimamente, y no sabré decir bien a bien por qué, aunque tengo mis suposiciones, el rencor y el resentimiento están a flor de piel. Y nunca como antes hay tanta gente con su coche nuevo, su celular, sus idas a cines de primer mundo, sus tarjetas de crédito. Y nunca como antes ha habido tanto resentimiento social y tanto rencor hacia la riqueza económica y uno de sus subproductos, que no es mi culpa, la Política, mal que todos padecemos. Deporte nacional por excelencia. 

Cuando salí de la escuela y estoy diciendo del Tecnológico de Monterrey, nunca imaginé que algún día, como pintaban de mal las cosas en 1999-2000, podría ser dueño de una tarjeta de crédito. En aquellos años el interés anual de un plástico de ésos se cobraba en un 40 %, la entonces Banca Serfin, con su Tarjeta "light" (con límites de crédito muy pequeños y muchos requisitos para obtener, así como cancelación inmediata en caso de incumplimiento) presumía una tarjeta "baja", sí, ajá, de un 24 % anual.
Hoy las cosas no han cambiado tanto. Quince o dieciséis años después, la tasa se ha mantenido al 40. Pero la oferta de plásticos se ha ido al infinito. Lo mismo los créditos de auto. Lo mismo las autopistas, lo mismo el turismo nacional, lo mismo los celulares, el internet de banda ancha.
¿Por qué el odio hacia el que tiene? ¿Por qué crece el rencor hacia el que siempre ha tenido más, cuando la mayoría tiene cada vez más?

El mexicano que quiera ver a una hija de un  Presidente, o de un gobernador, de cajera en un restaurante de mariscos, me da risa. Eso jamás va a pasar. ¿Entonces?

Del periódico The Guardian, solamente diré que es una más de tanta basura que los gringos, en su versión inglesa o canadiense o la tiznada, nos quieren vender. Y ellos también se van a chingar. Porque la memoria del público en nuestro país, y estoy seguro que en los demás países gringos, Estados Unidos, Canadá, Inglaterra o de donde sea ese periódico, es del mismo corto plazo.

Gracias.

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