viernes, 11 de septiembre de 2015

Total que siempre sí.

Ya vi que me bonificaron un cargo de más de 1000 pesos en una de mis tarjetas. Ahora resta esperar un pequeño envío de libros muy necesarios en un proyecto que viene. Espero que todo bien.
Entusiasmado pero muy desvelado. No sé cómo poner en orden una idea o una opinión sobre los temas que se manejan en ese proyecto personal del que hablo. No sé si el reto está a mi altura, o a la altura de mis circunstancias. Me invaden las dudas y no sé si las debilidades, los miedos o las francas carencias me harán tropezar como si estuviera en la frontera húngara. Sé que tengo que leer, informarme, practicar la entrada y salida de la plataforma. Paso a paso, pero a prisa pues ya se fue una semana y quedan tres cartuchos que quemar, nada más.

El aforismo del día o de una vida.

Mientras más cosas sé, me doy cuenta de qué tan poquito sé. Es el aforismo que deberé cargar toda mi vida.

Le digo a Paco que ya viene un fin de semana de Chico TEC. Seguramente tomó el jetta como a eso de las 5 de la tarde, saliendo del corporativo en San Pedro (o Monterrey, es lo mismo). Entre el tráfico de la ciudad, la salida y la autopista, llegó a Nuevo Laredo, y un rato largo más al puente internacional. Apenas a esta hora, el chico TEC va llegando a La Quinta Inn o al Embassy Suites. Al ratito, a cenar al Red Lobster, y mañana pues al mol.
Lo que no le dije a Paco ¿o sí? es que ese chico tec ha de estar bien panzón porque no perdona la cena, y la tarjeta American Express la ha de traer al tope.
Y que conste que no he dicho que cuál Tec ¿eh?

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