miércoles, 1 de julio de 2015

Fin de la luz.

Completamente de noche a esta hora. Llueve en la ciudad, y el clima ha refrescado.

Iba a llamarle a Paco pero no hubo tiempo. Un trabajo que no puedo acabar, estancado. Me gana el desánimo. Pareciera que hay un caso de Realismo Mágico o Absurdo Kafkiano que conjuran contra mí. Peligrosas obsesiones que se vuelven en contra del obsesivo. Las circunstancias se acumulan y se acomodan, de tal manera que no hubo anticipo. Y otra ley de la Arquitectura: si no hay anticipo de parte del cliente, mayor la probabilidad de que el cliente no pase nunca por el plano arquitectónico. Por que las ocupaciones y los pendientes son fácilmente sustituibles, cuando no te cuestan.
Pero pienso en el licenciado Rodrigo, del Tec, y en eso busco ánimos, entusiasmo y fuerzas para darle y darle. ¿Qué será? Ojalá que cada día tenga su propio afán y pase esta prueba más.

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