1 026. O en México.
Decir que el mexicano es el centro del universo es una falsedad. El mexicano no inventó el muralismo en la figura de Rivera, Orozco y Siqueiros. Pásele a ver la Capilla Sixtina, que Miguel Ángel terminó 450 años antes de "Epopeya del Pueblo Mexicano" del esposo de Frida.
Tampoco México es el autor de los tacos de trompo. Vienen de Turquía.
De los tamales tampoco. El mismo platillo se consume desde hace siglos en Guatemala (chuchitos), en Venezuela (hallacas), en Chile (choclos), en Bolivia se les conoce como humintas.
Qué decir de las polkas, típicamente mexicanas. No. Vienen de Alemania y Polonia (de ahí el nombre polka). Cierre usted los ojos cuando escuche una polka de Conjunto Nogales o de Los Regiomontanos, y luego alterne con una de los Braümeister de Alemania, los Polka Dots o los Bouncing Czechs de Europa. Ponga la selección random y usted no va a distinguir una de otra.
Por si fuera poco. El sombrero texano que usan los músicos de polka "no mexicana", tampoco es mexicano. Es un invento texano, de un texano que se apellidaba Stetson. Por eso se llama sombrero texano. Precisamente por eso.
El mexicano tampoco es el inventor ni de la hospitalidad ni de nada que se le acerque. Es más un mandamiento de la cultura islámica, esa que los imbéciles tachan de religión salvaje, se acerca más al amor y a la paz que otras religiones que andan por ahí, que siembran el miedo y el castigo y la penitencia y el temor a un infierno que ya vivimos aquí, todos los días.
Sin ningún interés personal de por medio, en el Islam se da techo y comida al huésped, se le abre la puerta de la casa a un desconocido ¿En México? Aquí te avientan a cincuenta policías y un abogado si pueden.
No. Al mexicano no lo distingue la hospitalidad ni la voluntad de amistad. El mexicano es: desconfiado, egoísta, ventajoso ("préstame tu pluma Bic" para no devolverla nunca más entre tantos ejemplos). Es el orgullo de una madre que exclama ¡qué bueno que mis hijos viven en Estados Unidos porque este país está muy feo y es muy corrupto! Sic.
México es ese bonito país donde la amistad termina el último día de clases. Al día siguiente de la graduación nunca más vuelves a dirigirle la palabra a tu compañero de desvelos, trabajos en equipo, proyectos de fin de semestre, tareas. Nunca más como sentencia ineludible.
El mexicano no es gregario. ¿Solidario? Serlo es más bien una imposición de los medios de comunicación, un efecto demostración, un proyecto de ingeniería social. Se logró con el futbol soccer, en un país destinado a querer y cultivar el beisbol igual que Cuba, Venezuela o Estados Unidos. Viva Televisa.
Somos el país donde nadie tiene tiempo, todos corremos quién sabe a dónde, todos decimos "yo te llamo para ponernos de acuerdo" y ya sabemos qué significa.
No debería entonces culpar al TEC. Es un reflejo de su país, y todos terminamos siendo reflejo de algo. Imposible formar grupos, que perduren las amistades, que no haya desconfianza, interés material, racismo desde luego (el de piel blanquita siempre tiene las puertas más abiertas que los demás sobre todo en una escuela que se asocia con que todos son multimillonarios, lo cual es otra falsedad tan mexicana como las polkas).
El fracaso es destino en ambientes donde todo mundo corre, todo mundo está súper ocupado, donde la pluma bic que se suelta no se vuelve a ver, donde al "chavo" de no muy buen ver siempre le dicen "nosotros te llamamos" y ya te la sabes, y donde el otro, en México, jamás te va a abrir la puerta de su casa. El pretexto son los perros, el desorden o la distancia.
No es culpa del TEC, pero te dan ganas de preguntar ¿qué le pasa a esa gente?
Gracias.


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