jueves, 18 de julio de 2019

892. Jueves 18 de julio de 2019.

892.
No van bien las cosas en arquitectura, pero al menos, hoy entregué y cobré un trabajo de planimetría. Un certificado parcelario, hecho por el INEGI en su tiempo y registrado por una de nuestras instituciones nacionales, que es precisamente el Registro Agrario Nacional. La metodología es así: escanear el polígono. Luego mediante el comando imageattach, copiar los vértices, quiebres o rumbos, como usted le quiera llamar. A continuación dar las distancias: de un lado 50.33 metros, del otro 42.78, el opuesto 36.64 y así. El cliente me pide partir dos líneas al centro del polígono. Por lo tanto, no salen dos, sino tres fracciones. Yo imagino que es una partición entre tres clientes, o si acaso, es una compra de la parte central del predio, y el vendedor se queda, por alguna razón, con los dos extremos. Sea porque allí precisamente se siembra algo, o porque es potrero, o tal vez porque aquí y allá va a pasar un camino, y hay que esperar a que aumente el valor. Yo empecé a trabajar a las ocho de la noche. Al poco rato nos visitó un sobrino, bueno, a mí no, y en lo que se se le saluda y se abre el portón, van pasando los minutos. Como algún regiomontano optimista, y es que aprendí mucho de ellos los años que viví en la ciudad del norte, me dije a mí mismo "en dos horas termino, poquito más, termino y me pongo a ver a Denise, ahí en Las Estrellas". Dibujar el polígono, acotar, rotular, ajustar, buscar una simbología de norte franco, y luego falta el cuadro de construcción con coordenadas X, Y. Luego caigo en cuenta de que hay que redactar un oficio para el director del catastro municipal, y a darle. 
Apagué la computadora sin haber respaldado en mi cartucho USB, ni el dibujo final, ni la solicitud. Perdón. Subí a mi recámara a las 11.50 de la noche. Adiós Denise. Alcancé a ver unas escenas de un clásico de nuestro tiempo: Siete en la Mira, con Mario y Fernando Almada y de villano-performance, no sólo él, sino que lo menciono porque lo conozco, Jorge Reynoso. Una obra, así, porque va más allá de decir "un filme", "una película", "un largometraje", que da para muchas reflexiones, desde la inverosimilitud y complicidad como única posibilidad de este filme, así de plano, la historia tiene que ser increíble para existir y yo como espectador tengo que creerla para que exista, me entretenga y me genere emociones. Hasta otra veta de temas, como la búsqueda de una teoría urbana del Valle de Texas, con sus espacios amplios, aislamiento social, símbolos, arquetipos y prototipos en arquitectura. Pero mejor la disfruto, una y otra vez, desde niño, y creo en una cierta vigencia narrativa, la justificación de la fuerza y las armas, la prevalencia de la autoridad, el vacío urbano.
Gracias.

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