lunes, 24 de julio de 2017

595. Vale la pena. Lunes, 24 07 2017.

Cerca de la casa, en plena avenida Vasconcelos, hay una sucursal bancaria donde guardo mis ínfimos ahorros, fruto de largas horas de trabajo como diseñadora gráfica, pero debo decirlo, una actividad que es la mía, ya que nunca me imaginaré haciendo otra.

Ahí conocí a María de Los Ángeles. Después de una rutinaria renovación de un Pagaré que no alcanzó a darme la tasa preferencial porque no llego al monto mínimo, tristezas pero también tranquilidades pues no me da para pensar tanto en tener más dinero del que no puedo ganar, ella me platicó que es hermana de una chica que conocí en una cafetería italiana de Fuentes del Valle. Se llama Paula.

"Ya no trabaja porque mira, hablamos con ella mi mamá y yo. Primero la escuela. Es que había dejado de rendir por un horario  tan difícil que tenía en ese lugar". Yo le contesté a Ángeles lo de rigor: que primero la escuela, que el tiempo pasa bien rápido, que en menos de lo que piense Pau ya se habrá recibido y listo, ahora sí a trabajar. 
Luego María de los Ángeles me dijo "Oye Tahania, ¿y ese lugar no se te hace caro?" 
Me sorprendió la pregunta de ella, así directa. Y es que tampoco soy una clienta de cada ocho días, pero al menos cada quincena voy a fumar (consecuencias y costos de la profesión) me tomo un café, me como un sándwich vegano, o un pastelito, o una pasta. Nunca todo al mismo tiempo, no se asusten.
Otra pregunta de Ángeles ¿Y cuando vas, más o menos cúanto te gastas? Yo respondí con algo de miedo, tal vez doscientos o trescientos pesos.
Y entonces caí en la cuenta. Qué lugar tan caro, para tomar un capuchino, una cocacola, pastas y sándwiches. 
Y ¿cuántos años llevo de clienta de ese lugar? Luego ya no quise hacer cuentas de cuanto dinero no ahorré por ir a la cafetería Italiana a fumar, porque no puedo hacerlo ni en casa ni en la oficina. Del costo de los cigarros mejor ni hablar.
Y entonces me ha quedado claro que hay que ser más racional, o que al menos siempre se puede ser más racional a la hora de gastar el dinero, sobre todo cuando alguien que sabe de finanzas te lo dice y te hace pensar.
Yo creo que en las conversaciones en que se logra precisamente eso, pensar, se gana siempre algo. Por lo menos ya tengo conciencia de lo que he venido haciendo a lo largo de años.
No faltará aquél o aquella que diga "si para eso trabajas". Pues no, la verdad no se debería trabajar tanto y tan duro, para eso precisamente.

Salud.

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