Prisa al caminar la banqueta, lugar de encuentro, de socialización, acaso de conflictos, nunca contemplación, a veces temor. Mi llegada a la avenida principal. Vuelta la izquierda. Recorro aparadores, fachadas de pintura y texturas. Poca gente, mujeres en playeras, en mezclilla, tenis. En la ciudad medieval, las calles son sinuosidad y viviendas, todas a nivel de suelo, o bajo éste. Al centro la Iglesia, única, con su campanario imponente, una explanada al frente. Cerca de ésta, tal vez del lado sur, el mercado, lugar de compraventas, carpas, negocio, olores, obstáculos. Ruido.
Hoy, los centros urbanos son un solo mercado, aglomeración, color. La vivienda se subordina, los templos se agregan.
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