Para el Mto. Francisco Fernández E., con cariño.
Banquetas.
Ella salió de su apartamento temprano. Un
pantalón de mezclilla negra, camiseta blanca, estampado multicolor. El pelo
recogido, discreta bolsa de mano, un libro, tal vez de Burke, Hans Kelsen,
Paoli Bolio. A la facultad de Ciencia Política, el camión tres cuadras más
adelante, antes, tal vez, unos tacos en la calle, un refresco enfriado en
hielo. Hasta que ella se pierde detrás de los árboles que le estorban a su
paisaje. La ventana no me alcanza, y el tiempo de estudiar en la universidad
donde asiste todas las mañanas, tampoco. Entonces me vuelvo a dormir, nada más un rato. Un rato más.
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