Acabó lo que debió haber sido lo más importante de esta semana que ya se está yendo también.
Última actividad de una más de mis materias. Algunas tareas de Arquitecto, o quizá de mal arquitecto, arquitecto incompleto, arquitecto inoportuno, pero lástima, nunca lo dejaré de ser y tendré que pensar, hablar, dibujar, y sufrir en consecuencia. Es lo que soy. Y a pesar de todo, sigo sintiendo esa insatisfacción, vacío, y los recuerdos de las noches que ya se fueron, de mal sueño, de intermitencias, de soledad, preocupación, dolor, y cierta convicción en lo que uno es, en seguir caminando, a pesar de las lágrimas, las carencias; a pesar del qué hubiera pasado si esto o lo otro, sí, a pesar de todo.
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