miércoles, 17 de junio de 2015

Volvemos a la realidad y...

Más o menos así dice en "Soldados de Salamina". Que uno dice lo que dice, y que hace lo que hace, y que no pide perdón, y se aguanta. Eso, cuando llega un momento en la vida de ser hombre. Creo que el personaje Miralles tiene razón. He hecho cosas y las he dicho, y me he tenido que aguantar sin pedir perdón. Me he aguantado nomás. Y también me las han hecho a mí, para que negarlo. Y nos aguantamos y así es como creo, que poco a poco se va madurando y uno se va haciendo hombre. Mañana se celebra un cumpleaños y no iré de nuevo a festejar. Muchos agravios con familiares cercanos, de cosas que sin merecer he recibido y me han dolido mucho. Y tendré que aguantarme, ni hablar.
Me arrepiento de muchas cosas en mi vida, pero ya están hechas y no hay lugar para el perdón, no, solamente, como me resuena esa frase del personaje de Javier Cercas, uno se aguanta y ni hablar. Lo más memorable de esa novela que acabo de terminar el martes por la noche. Domingo, lunes y martes hasta el mediodía eso sí, de tienda. El martes un pago enorme a un proveedor que se tenía que hacer, otro error más cometido por mi buena fe y la malicia de un vendedor que quiere vender de más. Pero necesito su producto y estoy seguro que lo voy a desplazar, estoy seguro que me recapitalizaré, ni hablar. 

Y un poquito de espacio a mis fantasías de ser, ahora que entra una legislatura estatal renovada en el estado de San Luis Potosí en septiembre, ahora sí, llegaré con un excelente plan de trabajo, credenciales y aplomo en mi entrevista, y seré Comisionado Estatal de Acceso a la Información Pública. 
De vuelta a lo mismo, a aguantarme, a sonreír, a tener serenidad y ánimo que no sé de dónde los voy a sacar pero se tiene que poder y...

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