miércoles, 15 de abril de 2015

Pido perdón.


La frase es del detective privado y ex policía del LAPD,  Fritz, al final de la novela Réquiem por Brown: Me emborraché y lo eché todo a perder. De nuevo aflora mi mala leche, mis miedos, mi rencor, las resoluciones y los compromisos que no puedo atender.

La muerte de mi amigo El Vinny. Apenas me enteré el viernes, y no puedo procesarla todavía. El encuentro con una vieja amiga, que ha cambiado mucho desde que la volví a ver, cuando ella tenía 27 años, y ahora tenemos los dos 38 años. Yo me siento igual, ¿habré cambiado tanto como ella?
No lo sé y no lo creo. 
Por lo pronto el cambio es seguir buscando un empleo. En el sistema de Bolsa de Trabajo del TEC una vacante laboral con requisitos esta vez muy sencillos de cubrir, aunque tal vez haya retos no tan fáciles.

Primero, ser la cara de la empresa. Segundo, alcanzar todo el potencial que se tiene, pues explican, la capacidad está al 40 %. Aquí me refiero a ventas. La solución aquí, es salir a vender. 
Tercero, Experiencia en el ramo metal mecánico. Sí la tengo, pues en algún momento estuve en PROLAMSA, aquellos años de mi maestría en el TEC.

La llamada de Lilu.

Ayer no quise contestarle el celular. Hoy contesto y ella me dice que qué pasa. Sí soy culpable. No tengo más amigos y a veces abuso de la amistad. Sucede que le envié emocionado algunos mensajes de texto con nombres de grupos musicales y sus éxitos. Una y otra vez. 
Lilu está desconcertada. 
Pero lo mejor es que no me haga caso. 
Porque es que no hay más amigos.

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