viernes, 5 de septiembre de 2014

¿Y los honorarios de los arquitectos?


Hoy vi en uno de los periódicos de la ciudad, los nuevos precios de las gasolinas Magna y Premium: no presté atención a la nota, lo confieso pues no he manejado un vehículo en un buen tiempo, por ser una de las ventajas de vivir en el centro. Pues el litro de magna anda rondando los trece pesos, y la premium casi llegará a los catorce.
Y se puede hablar también del precio de los refrescos, que han aumentado por el impuesto a las bebidas azucaradas, aunque la endulzadas con Splenda también han subido de precio.
Me pongo a pensar también en lo que costaba, hace seis años o cinco, construir una casa habitación. Si eras recién casado y querías empezar tu nueva vida, o bien si querías comprar, o si de repente como solter@ independiente, quieres tener un patrimonio. La mano de obra en construcción no es precisamente barata, y los pagos al IMSS, son altos por los riesgos de trabajo, aunque es muy difícil que pase algo.
El insufrible Cablemás ha cumplido su sueño de siempre: cobrar el servicio para una sola televisión (como si las familias fueran de una sola persona) y las tv's adicionales, pagarán cuarenta pesos extra, aunque pueden ser cincuenta dentro de seis meses o seis días, pues los usuarios no tienen derechos (igual y sí los tienen, pero está difícil) y no hay nada escrito. Pero qué le hacemos. 
Yo quiero ver televisión. 
No vale la pena comentar que de un mes  a otro, la cuota subió treinta pesos y nadie dijo nada.
Y así le seguimos.
Y mis honorarios siguen por los suelos. Sencillamente, no suben. Y habrá quien hace cada escándalo cuando le cobras por un plano arquitectónico de subdivisión, o fusión de predios urbanos o rústicos, cálculo de superficies, dibujos a escala, la digitalización de un plano del Rancho de las Ánimas, que un topógrafo dibujó allá por el año de 1920, que está en papel pergamino en pésimo estado y necesita ser dibujado de nuevo. 

¿A quién le hablas?
Pues a un arquitecto, ni modo que al lechero, al carnicero, al chavito que vende chicles en la calle, a la señora que vende tamales en la esquina y a que pesar de que siempre hace un terrible, insoportable calor en Valles, siempre anda de rebozo ¿qué será? será el calor que a mí me hace pensar estas cosas, igual y sí.
Pero cuando le dices a la hija de...,  del dueño del Rancho las Ánimas, que eso sí, llega en su camionetota nueva, que le vas a cobrar y que le pides un anticipo, ella, oliendo a Chanel No. 5 (que es mi perfume de mujer favorito), mirando su reloj Cartier de oro, (igualito al que usa Olivia Pope en la serie Scandal), te contesta:
¿A poco estos trabajos se cobran?
Yo mejor me doy la media vuelta, y sigo doblando cobijas y camisetas en la tienda de mis padres. Igual y quisiera platicar con ellos, pero luego para qué.
Me da una enorme tristeza  p e r o... mejor me pongo a ver televisión, y en conclusión, luego pienso, qué bueno, qué bueno que tengo Cablemás.

Gracias.

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