jueves, 10 de julio de 2014

La imagen.


Hoy cambié la pila de un reloj de pared. Era del tipo doble A, de marca Energizer. La envoltura era en color plata, con franjas en azul eléctrico. Su reemplazo fue una pila Duracell, cabeza de cobre o copperhead. El color negro y cobre de ésta contrasta con su competidora.
Lo que sí es de llamar la atención es que una sola pila de este tamaño, puede contaminar miles de litros de agua, y lo poco que sé sobre el tema, es que en algunos países está prohibido lanzar una batería usada directamente al vertedero. Aunque la prohibición no está vigente en mi municipio, debo reconocer los esfuerzos de una oficina municipal de Ecología y del Supermercado Arteli, que han dado espacios para contenedores de acopio de estos productos.
Otro tema del que se habla poco, es que la sal de Litio de estas baterías se usa como un componente en la confección de metanfetaminas. Me tocó ver en el programa del canal de la National Geographic, cómo una chica desbarata las baterías y las vacía en un recipiente que contiene entre otras cosas seudoefedrina, enjuague bucal, etcétera.
Pero me quedo con la imagen de pureza y limpieza de la Energizer. A veces la forma no es fondo, sin duda. Pero ni dudar de la utilidad de las baterías mientras encontramos alternativas mejores, más limpias y menos peligrosas potencialmente. Debiera haber más relojes alimentados con paneles solares, y pilas recargables, en fin. Mejor me voy a ver un ratito el NatGeo.

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