Sí, el miedo.

Usted tiene miedo, me dijo la señora. Tenga cuidado. Yo era igual que usted. Es que me dijeron que si uno no se cuida, esto avanza. Una clienta que conozco de hace muchos años, porque resulta que vive cerca de la casa de mis padres y tiene un negocio de helados que yo frecuentaba los domingos, cuando era niño. Me recetó jalea real, que puede conseguirse en el mercado. No pienso seguir el remedio, aunque lo agradezco. Sí tiene razón. Me dijo que el miedo se nota, se siente, como la actitud. La mayor parte del tiempo siento miedo de dibujar. Me aterra. Pasan las horas en la noche, hasta que por fin lo decido, me siento enfrente de la computadora, y empiezo, a altas horas de la noche o muy temprano en la mañana. Con las consecuencias para la salud y el rendimiento del resto del día. Bonito miedo para un arquitecto, el miedo a dibujar.

Ayer vi las películas The Grudge y The Grudge 2. No había tenido el gusto. A ratos me interesé y me asusté. Pues sí, a los humanos nos gusta sentir miedo, a veces.