viernes, 26 de abril de 2013

Dificultades.



Difíciles las cosas. Hoy me levanté a las tres de las mañana, a trabajar. El miedo, mi peor enemigo, me paralizó un buen rato. Regresé a ver televisión, hojear libros, pensar. Pensé en la dificultad de ejercer como arquitecto, en los honorarios bajos, en las largas horas de trabajo. Por fin comencé algún rato después.
Un plano de subdivisión para Catastro Municipal, que es la "subdivisión de una subdivisión" que ha había hecho en septiembre de 2012. Redactar la petición formal a la señora directora de la oficina, sin errores de fondo ni de forma. Luego seguí con un plano arquitectónico de un cliente que no sé de dónde vino. Lo digo porque me pidió el plano para un tramite de una "hipoteca del Seguro Social". Es la primera vez que escucho que alguien viene de esa importante institución a pedirme un plano de una casa. Uno de los requisitos es fotocopiar mi cédula profesional y anexarla, incluir mi nombre completo y firmar. Por último, un plano de una subdivisión para una importante Notaría Pública de la ciudad. Necesitaban protocolizar otra subdivisión, ésta de un predio suburbano ubicado en el municipio de Tamasopo, al oriente de Ciudad Valles. La protocolización del contrato de compra venta se haría el día de hoy viernes, sin embargo, me platicaron que el cliente aprovechó su visita a la ciudad para un asunto igual de importante. Lo que pasó aquí fue que el último encargo no lo terminé a tiempo y fue el último que logré que me pagaran hoy. Me gané  doscientos pesos, al tipo de cambio de hoy, serían unos 15 dólares americanos. Me alcanza para comprar más o menos unas veintidós cocacolas. También podría comprar un boleto de autobús ida y vuelta a Tampico, si quiero ir al campus más cercano del Tec de Monterrey, o a la playa. O puedo pagar la renta de mi línea de teléfono de TELMEX y me sobran trece pesos. La señora que me pidió la subdivisión de catastro municipal se fue con los planos y la petición. En el negocio le dieron esos documentos, mientras yo estaba en casa un rato. El plano arquitectónico profesional y oficial (digo oficial por llevar la firma de un Director Responsable de Obra), no tuvo suerte y se quedó esperando su solicitante. Espero cobrar los dos trabajos restantes. Debo pagar cuentas, la renta de mi teléfono celular, la banda ancha. Hoy pagué el servicio de cablevisión y he quedado quebrado.

Adendum.

Quiero estudiar el diplomado en mercadotecnia electoral y campañas políticas de la Universidad Virtual Empresarial del Tecnológico de Monterrey. Hay que empezar deseando algo. Al menos no deseo un BMW o una cita con Laisha Wilkins, no. Pero si las dificultades profesionales y económicas siguen, a lo mejor lo dejaré para el año que viene. Comenzar con un fin en mente, según Covey.

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